Quizás debido a mi admiración y respeto por la naturaleza, siempre he mantenido algunos hábitos que hoy se catalogarían como “verdes”. El compostaje siempre fue un hábito conocido para mi, ya que viviendo en el campo y con un papá amante del jardín, el reutilizar los residuos orgánicos era visto como algo obvio y beneficioso.
Sin embargo, cuando llegué a vivir a Santiago, por años sólo reciclé lo típico: vidrio, papel, plástico y tetra pack. Admito que tenía miedo de ponerme a juntar residuos orgánicos debido al espacio y el posible mal olor.
Con el tiempo, Manolo mi marido se fue poniendo incluso más ecologista que yo, así que cuando me planteó la idea de tener una compostera, ya no tuve más excusas. Después de mucho vitrinear (el artilugio sería instalado en la terraza de mi pieza, así que además de tener un tamaño razonable no podía ser un mamotreto muy feo), me decidí por @vermicomposteras_fuinque. Son hechas a manos y además de ser “mononas” son bastante compactas y poco invasivas.
La verdad es que una vez que nos pusimos a compostar, no hubo vuelta atrás. La reducción en el volumen de basura es impresionante, alrededor de un 50%. Yo eso lo había leído antes pero, ¡es tan distinto verlo con tus propios ojos!. Si quisiera, podría sacar la basura día por medio tranquilamente (somos 5 y a veces 6 en la casa).
Más allá del impacto en el volumen de la basura, lo más bonito para mi ha sido palpar, una vez más, la infinita sabiduría de la naturaleza.
El compost, que es procesado por lombrices californianas, produce una sustancia llamada humus y que las plantas aman con locura. Al proceso completo se le llama Vermicompostaje. Este es un abono natural tremendamente efectivo.
Contrario a lo que se puede pensar, el humus es una sustancia muy agradable al tacto y no tiene olor (es como café molido). Además, de los residuos líquidos que se almacenan en la bandeja inferior (son como los líquidos percolados de los restos orgánicos) se genera el humus líquido, sustancia de la cual estoy obsesionada. Este tiene las mismas ventajas del humus pero se puede utilizar como fertilizantes foliar, aplicándolo diluido en agua con un difusor. Sus efectos son bastantes más rápidos en la planta, por lo que es complementario al uso del humus sólido.
Hay varias versiones de cómo diluirlo, yo uso ¼ parte de humus líquido por ¾ partes de agua. Ojalá usar agua libre de cloro para no matar a los microorganismo que viven en él.
Entre los beneficios del humus les puedo contar que:
· Es un potenciador en el desarrollo de las raíces
· Promueve el crecimiento del follaje
· Los microorganismos presentes facilitan la absorción de los nutrientes por parte de la planta
· Mejora la estructura de los suelos.
· Es un retenedor de humedad
· Protege a la plantas de hongos y plagas
Como ven, este es otro ejemplo de que la naturaleza es perfecta. Sólo tenemos que aprender a conocerla y aliarnos con ella.
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